Lo más atractivo del lugar fueron los Panda y los Koala, especies en extinción y dificiles de ver en nuestro país. El espectaculo lo puso el oso polar, gran nadador y buen pescador.
Con el agua tapando los zapatos, y la humedad subiendo hasta las rodillas terminamos 6 horas de paseos entre plantas y animales.
Lo malo de San Diego es su transporte público.......no tiene.