No hay como enseñar, es una actividad muy gratificante y también relajante. El contacto directo con aquellas personas que tienen el interés y la avidez por el aprendizaje son el mejor motor para impulsar el crecimiento de cualquier profesional. Aquel profesional que enseña, se mantiene aprendiendo todo el tiempo, se mantiene actualizado, está alerta de los cambios; aunque se encuentra de todo, hay quienes creen enseñar sin antes haber aprendido. Una buena compañera es la pizarra, junto con la tiza o los plumones, son los amigos que siempre están allí contigo, te ayudan a brindar la oportunidad de que tus alumnos puedan seguirte, son el mural de las palabras que se grafican en cada conversación. Los alumnos son como los hijos que uno quiere ayudar a crecer, serán tu reflejo si aprenden mucho y tu martirio si no aprenden nada; serán siempre tu mejor carta de presentación, aunque también puede ser la peor manera de decirle al mundo lo malo que eres. En este mundo tan selectivo, se ha vuel...
Soy investigador en salud global, me formé como tecnólogo médico y me entrené en enfermedades infecciosas y tropicales. Disfruto de mi familia, gusto de viajar y conocer gente, tengo mi martes casual y mi jueves de patas, soy fanático de mi trabajo y me divierte enseñar. También, soy adicto al café en todas sus versiones y suelo, de vez en cuando, ponerme a escribir.