Este es uno de los inviernos más fríos de los que tengo recuerdo, la sensación helada de las mañanas y noches aumenta con el paso de los días, ante esto nadie duda en buscar abrigo. Mikel, al igual que muchos de sus contemporaneos no ha sido la excepción, el buscó la mejor manera de poder salir de la cama y de meterse en ella también, hoy su fiel compañero es su "poncho cholito", lo pide al levantarse cada mañana, no sale de la cama si no es envuelto en tan abrigador complemento traído desde la profundidad de Cajamarca; y luego cada noche, cuando ya el sueño aparece, no duda en pedirle a su madre que lo envuelva en su poncho cholito para abrigarse y poder dormirse. Tiempo de frío, pero siempre tiempo para la creatividad de los niños.
El nuevo normal es usar una mascarilla o un respirador, la epidemia de COVID-19 nos cambió la forma de ir a trabajar, y la forma de trabajar más aún para aquellos que proveen servicios de salud. No estamos en Arabia, estamos en Perú, pero para protegerse nuestra tecnóloga (Foto Izq. cortesía de Lic. TM. Cecilia Rojas) usa un pañuelo sobre la cabeza, anteojos y un respirador sofisticado al salir de su casa. Ella como muchos otros tecnólogos, se exponen cada día atendiendo personas infectadas con SARS-CoV-2, y muchas que podrían también estarlo. Toman muestras, no solo para COVID-19, también para muchos otros exámenes, sobretodo en pacientes hospitalizados graves. Muchos de estos pacientes tienen varias muestras al día para monitorear su estado clínico, eso incrementa la exposición de nuestros tecnólogos. Además, luego en el laboratorio deben procesar esas muestras, centrifugándolas, observándolas al microscopio y hasta cultivándolas. Todos estos procesos implican varios riesgos, pero...