Era miércoles, como no recordarlo, el último miércoles de noviembre del 94, casi al mediodía, salí por ese chocolate, era un pedido especial. - Tráeme un sublime - había dicho ella desde su cama, casi balbuceando y lo quería comptrado del señor del kiosko de afuera, no del kiosko del hospital. Fui por el chocolate con premura, pensando sólamente en cumplir ese deseo momentáneo que no podía negarle a una mujer que echada esperaba. Al regresar por el pasadizo principal del hospital una figura me alcanzó, era mi tía Concho, venía corriendo y gritaba mi nombre entre sollozos. - Tú mamá, decía, tú mamá - - Qué paso?, dígame que pasó? - Tú mamá, Cholito, tú mamá acaba de fallecer. Corrí hacia el pabellón, me dirigí hacia su cuarto y allí estaba ella, tirada en la cama sin respirar. Mucho llanto vino después. Una semana antes todo era tranquilidad y paz, la última noche en casa fue normal. Ese último domingo, ella había preparado arroz con leche y mazamorra morada, clásico dominguero de...
Soy investigador en salud global, me formé como tecnólogo médico y me entrené en enfermedades infecciosas y tropicales. Disfruto de mi familia, gusto de viajar y conocer gente, tengo mi martes casual y mi jueves de patas, soy fanático de mi trabajo y me divierte enseñar. También, soy adicto al café en todas sus versiones y suelo, de vez en cuando, ponerme a escribir.