La guerra fría se empieza a calentar: Biólogos vs. Tecnólogos, la triste historia del huevo y la gallina
Estos días han sido bulliciosos, muchos biólogos y tecnólogos han recibido en su teléfono o en su cuenta de Facebook, mensajes
pidiendo pelear, rechazar, odiar, maltratar al otro, biólogo a tecnólogo, tecnólogo a biólogo, guerra
incentivada por quienes menos representan la esencia de ambas carreras,
dirigentes autonombrados, congresistas comechados y profesionales disque fanáticos de aquello que no existe en realidad, una
guerra no declarada, pero con azuzadores mediáticos y políticos. El pretexto
para incentivar ataques ha sido la nueva propuesta de ley profesional del biólogo,
la misma que pretende incorporar en los servicios regulares de salud, llámese
hospitales y centros de salud del estado, al biólogo como parte importante del
equipo de salud, convirtiéndolo en analista, tan igual como el tecnólogo médico
de laboratorio. Esto por supuesto no tiene pies ni cabeza, pero si tiene brazos
por allí, y es que en esencia el biólogo tiene una carrera muy orientada a la
investigación, docencia y con particular atención en muchas de las ciencias
naturales, aquellas que están relacionadas con la vida en todas sus formas, y
de hecho que incluyen a la vida humana, pero esto no necesariamente implica la
salud humana, para esa parte de la vida, la salud, se encuentran formados los
tecnólogos médicos de laboratorio. Por otro lado el tecnólogo médico de
laboratorio es en esencia un profesional cuasi exclusivo de las ciencias de la
salud, con poca formación en investigación y docencia y que entiende algo de
ciencias naturales, pero su principal propósito es ser agente de prevención,
diagnóstico y seguimiento en el marco de la salud de las personas. He aquí el
dilema, ¿Hay coincidencias?, es innegable que sí las hay, microbiología,
parasitología, micología, bioquímica entre otros son cursos de pregrado que
coinciden, la investigación como rama también es coincidencia. Pero la
coincidencia no es absoluta, mientras que el biólogo en estas ramas debe
dedicar su esfuerzo a hacer taxonomía, clasificación, investigación y
desarrollo de métodos de diagnóstico; el tecnólogo debe aplicar esos conocimientos
al diagnóstico, usando esos métodos que el biólogo desarrolla, usando los
términos que el biólogo acuña a sus descubrimientos, he allí la diferencia, uno
usa la herramienta para mejorarla en sí misma, mientras que el otro usa la
herramienta para mejorar otras situaciones. También hay buena relación y confianza, apuesto que más de un biólogo que no hace trabajo hospitalario, pero sí hace ciencias naturales, investigación y/o docencia gustaría de tener a su lado a tecnólogos minuciosos en reemplazo de biólogos que no están a la altura. Lo mismo, debe haber más de un tecnólogo que le gustaría dentro de un hospital un buen biólogo en lugar de un tecnólogo poco ducho o displicente.
Sí hablamos de intrusismo, este es relativo, si miramos a Lima y sus hospitales modernos (es un decir), aquí no debería haber discusión de quien debe ocupar la plaza de analista, es el tecnólogo en su mayoría, insisto en mayoría, porque históricamente hay plazas ocupadas por biólogos desde antes del nacimiento del tecnólogo, qué se puede hacer, se las han ganado. Pero hay lugares que no son Lima, ciudades alejadas de la capital, allí donde el tecnólogo no sólo es ausente si no también desconocido en absoluto, allí otros profesionales, como el biólogo, se han visto en la necesidad y casi obligación de suplir la labor de analista y por supuesto que seguirán allí, a pesar de parecer intrusos, porque no hay tecnólogo que quiera dejar la mamadera capitalina para alejarse a desarrollarse allá donde es realmente necesario.
Sí hablamos de intrusismo, este es relativo, si miramos a Lima y sus hospitales modernos (es un decir), aquí no debería haber discusión de quien debe ocupar la plaza de analista, es el tecnólogo en su mayoría, insisto en mayoría, porque históricamente hay plazas ocupadas por biólogos desde antes del nacimiento del tecnólogo, qué se puede hacer, se las han ganado. Pero hay lugares que no son Lima, ciudades alejadas de la capital, allí donde el tecnólogo no sólo es ausente si no también desconocido en absoluto, allí otros profesionales, como el biólogo, se han visto en la necesidad y casi obligación de suplir la labor de analista y por supuesto que seguirán allí, a pesar de parecer intrusos, porque no hay tecnólogo que quiera dejar la mamadera capitalina para alejarse a desarrollarse allá donde es realmente necesario.
Si vemos el mundo de la
investigación, allí no hay intrusos, ahí hay socios, se trabaja juntos con la
consigna de avanzar, descubrir y mejorar, no importa la profesión (debo confesar
que al INS sí le importa), pero en la mayoría de centros de investigación de
alto nivel, los investigadores son eso, investigadores, su pregrado no importa,
importan sus habilidades.
Si esta aventura de ley se
aprueba y se pone en ejecución, estoy casi seguro que no hará que la cosa
cambie mucho, dudo que aquellos biólogos con esencia de biólogo, con naturaleza
docente y de investigación, quieran acabar en un hospital de analistas, no lo
harán por un tema de sensatez, la aventura es de sus dirigentes mal orientados.
La excepción serán hospitales como el regional de Lambayeque o el INEN, centros
que tienen aparte de su laboratorio asistencial, laboratorios de investigación
también, allí que entren los biólogos, porque allí encontrarán su espacio.
Por último, el Perú gracias
estas propuestas de ley solo ha demostrado que como país, forma gente y no los
puede ubicar en ningún lado, esto gracias a la falta de oportunidades docentes,
falta de centros de investigación del gobierno y privados con financiamiento
asegurado. Un país con financiamiento asegurado en todas las ciencias
naturales, aquellas en los que los biólogos trabajen con comodidad, no necesita
de guerras entre profesionales, como esta que vemos. Esta guerra que ha llegado
al punto en el cuál se discute quién forma a quién, y quién necesita a quién, y
como el huevo y la gallina, ninguno debe ser primero, ambos son importantes,
pero ambas profesiones deben mejorar su orientación y sus intereses. Los
tecnólogos mal han hecho también en incursionar en campos que no son de su
ámbito (bromatología, taxonomía, zoología, entre otras), allí debemos reclamar
también nuestro intrusismo para con otras profesiones. En tanto ambos pelean,
biólogos y tecnólogos, los pacientes, aquellos que aún no diferencian médico y
enfermera de otras profesiones, seguirán pidiendo un sistema de salud que los
atienda, que les resuelva problemas, ellos sí es que enterados están de esta
guerra, sólo quieren servicios de salud adecuados, nada más.
Esta guerra se ha vuelto en una mirada de la estaca en el ojo
ajeno, pero también hay que mirar la estaca en el ojo propio. Lo triste de esta mirada, es que en lugar de sólo defendernos, hemos pasado al ataque también, y eso es una estrategia de guerra ya pasada de moda. Si quieres ganar una guerra hoy, debes por lo menos, ser más inteligente que tu oponente, que para el caso, no se le puede considerar enemigo, si no más bien amigo.