La
ley 28456 establece un derecho importante de los tecnólogos médicos, ocupar
cargos correspondientes a la estructura orgánica de la carrera de Tecnología
Médica, la misma norma establece la presencia de la Unidad Orgánica de
Tecnología Médica. Entonces hablamos de un derecho, establecido en una ley, más
allá de su pertinencia, la que voy a intentar discutir más adelante, debe
cumplirse. Pero, en el Perú, nos hemos mal acostumbrado a tener leyes y leyes,
y no cumplirlas, sean estas pertinentes o no. La ley de trabajo del Tecnólogo
Médico es pertinente en demasía, debe cumplirse y no debe verse como una norma
que afecta a otras carreras de salud, por el contrario, protege a los
tecnólogos médicos de sufrir de intrusismo y también, los protege de ser
intrusos en otras carreras.
La pertinencia de una Unidad
Orgánica de Tecnología Médica radica en los beneficios para el sistema de
salud. Primero, todas las profesiones de salud tienen una Unidad Orgánica, este
por supuesto, es el argumento menos sólido, que los demás tengan no siempre
significa que todos debamos tener. Pero, una unidad orgánica ayudaría a
mejorar, organizar, adecuar, capacitar, entrenar, relacionar, coordinar y hasta
a mejorar el desempeño de los tecnólogos médicos. ¿Cómo así? La unidad
orgánica, a cargo de un tecnólogo médico, organizaría las jornadas laborales de
manera equitativa, esperamos qué sin preferencias, sin engreimientos, que no
estén en acuerdo con las necesidades de los médicos jefes de servicios.
Ayudaría a mejorar la distribución de las competencias grupales, para que estas
se distribuyan equitativamente, dejando de lado la marginación que sufren por
ejemplo los fines de semana y las noches, también mejoraría la atención de
todos los pacientes por todos los tecnólogos sin preferencias. Las
capacitaciones y entrenamientos, también se añadirían de manera más adecuada,
quién mejor que un tecnólogo formado como tal para desarrollar programas de
mejora continua en temas complementarios y suplementarios de acuerdo a las
habilidades y competencias que ya tienen los que están bajo su sombrilla. La
relación con otras profesiones es importante, y aquí es imprescindible hablar
de trabajo multidisciplinario, pero organizado, concordado, adecuado, con participación
y representatividad garantizada, la misma que no existe ahora; la gestión de la
unidad orgánica permitiría esto, entrenamiento y capacitación oportunas y
concretas, destinadas a la mejora del grupo, no de cada individuo.
Segundo, la Unidad Orgánica no
significa intrusismo, de ninguna manera, el servicio asistencial, sobre todo
clínico podría ser mejor organizado, los jefes actuales de servicio podrían
continuar siendo jefes, pero tendrían que dedicarse más a lo que es el
propósito de sus especialidades, el trabajo clínico. Los jefes médicos actuales
se dedican a hacer horarios, compras, licitaciones, coordinar mantenimientos,
organizar espacios o viajar gratis como condición de compra, no es que no sea una tarea que no estén en capacidad de
hacer, si no que no es el destino final de su formación, su formación es
clínica, por tanto, deben dirigir las actividades clínicas relacionadas a su
especialidad. Las habilidades y competencias del médico jefe deberían estar
orientadas a la interconsulta en su especialidad, aporte clínico a los casos
que lo requieran, participar de las decisiones de diagnóstico, manejo y
tratamiento; tareas de las qué han sido excluidos por sus colegas médicos de
otras especialidades. Acaso los médicos de las distintas especialidades llaman
al Médico Radiólogo, Patólogo Clínico, Patólogo o Médico Rehabilitador para
pedirles opinión, casi nunca, solo les piden que firmen una resultado o una
terapia o una imagen, claro, hay una interpretación algunas veces del
resultado, pero eso es diferente a una opinión o aporte más clínico. Eso es lo
que no se ha logrado en la práctica clínica local, manejo clínico desde el
espacio del médico especialista que trabaja con tecnólogos todo el tiempo. En
lugar de eso, se han diseñado médicos constructores de horarios y compradores
de materiales.
Tercero, la Tecnología Médica y
sus especialidades han recibido a lo largo de las últimas décadas una serie de
exigencias académicas y de desempeño profesional que exige una cantidad
importante de certificaciones y acreditaciones, las mismas que deben ser
gestionadas de manera coordinada y ordenada; no solo hablamos de sistemas de
calidad, si no también, de sistemas de mejora de los servicios que cada
especialidad ofrece. Además, las subespecialidades de las diversas
especialidades exigen una mejor organización de los servicios hospitalarios que
incluyen tecnólogos médicos, en coordinación cercana con las universidades que
entrenan tecnólogos médicos. En el Perú, los hospitales públicos son hospitales
docentes, en ese sentido se debe descentralizar la formación de nuevos recursos
en salud, teniendo tecnólogos formados por tecnólogos en ambientes coordinados
y gestionados también por tecnólogos.
Los argumentos en contra de una Unidad Orgánica de Tecnología Médica son hasta ahora reacciones de hipersensibilidad, se habla de intrusismo, y no hay nada de esto por ningún lado, no es parte del argumento de la tecnología médica hacer funciones de médico, el argumento claro y concreto es hacer actividades de gestión de la labor del tecnólogo médico. Atención, no se está pidiendo que el tecnólogo haga gestión clínica en ningún sentido, ninguno. El tema de las jefaturas de servicio debe ser competitivo, que se ubique en la silla aquel profesional qué mejor desempeño de gestión tiene y sí es jefatura clinica, que la ocupe el médico.
Las razones a favor de la Unidad Orgánica pesan y tienen más valor que las razones en contra, las autoridades del MINSA y EsSalud deben hacer solo una cosa para resolver este problema, hacer cumplir la ley. SINATEMSS y demás organizaciones de base formadas por tecnólogos médicos, incluidos estudiantes, docentes universitarios, profesionales tecnólogos de instituciones privadas tienen un solo mensaje estos días, apoyar la creación de unidades orgánicas de acuerdo a ley, mensaje que todos apoyamos.