Cuando el verano limeño está en su cúspide, el ardor del mediodía es casi aniquilador, los termómetros dicen 30°C, mi piel dice 40 y subiendo, todo parece derretirse, los autos arden y el reflejo de las ventanas en los edificios parecen aumentar el brillo del sol, como si sus rayos quisieran eliminar de la faz de la tierra, cada ser humano que trata de pasar su día evitando con desesperación el sudor en sus espaldas. No hay viento fresco en Lima, la humedad es cercana al límite, la sensación de sofoque aumenta con cada paso.
A medida que avanza el día, la estación parece deprimir a todos los que no están en la playa ni la piscina, trabajar es una osadía en medio del sopor de las paredes cerradas entre el computador tibio y el ventilador ruidoso. Las mañana de los lunes son siempre ruidosas, entre saludos y preguntas sobre los fines de semana de cada uno de los oficinistas, hasta las preguntas sobre qué almorzarás, caras de sueño rodean cada tarea, cada reunión. El café fresco inunda el aire de la oficina, no hay forma mejor de iniciar el día, cafeína pura, recién filtrada, caliente.
El que menos pregunta - Café?, está usted loco acaso!!!.
El ambiente está caliente, casi arde y usted está preparando café, Va a tomar café?.
El que menos pregunta - Café?, está usted loco acaso!!!.
El ambiente está caliente, casi arde y usted está preparando café, Va a tomar café?.
- Claro, no se puede empezar el día sin café. Les digo sin sonreír.
- Definitivamente usted está loco, café en verano, imposible!!!
El café no conoce estación, y |, si siempre debe beberse caliente, el café frío no es agradable de ninguna manera, tomar un café frío es como tomar una cerveza caliente. - No pasa no?, por supuesto que no, nunca bebería nadie una gaseosa o una cerveza caliente, se beben frías; pues lo mismo sucede con el café, si no está caliente, no se puede beber.
Es gracioso como se pasa la mañana, divertido en verdad, ver el día transcurrir y agotarse las horas, más divertido aún es ver como la jarra de café caliente va desapareciendo. Yo he bajado mi consumo de café, no lo dejo, pero sí, he bajado el número de tazas, cuántas eran?, 8 o 10 creo, ya no recuerdo, sólo recuerdo el aroma de café fresco, a veces recién molido. Ahora son una o dos quizá, pero sigo preparando la misma cantidad cada mañana, a veces incluso preparo el doble, igual desaparece. Es que el café es provocador, no sólo te estimula a hacer más cosas, si no que su olor te atrae y te invita a beberlo; así es que se desaparecen tazas y tazas del fresco preparado matutino; y los que preguntan porqué tomo café caliente en verano terminan siendo invitados por el aroma fresco a beber una taza de café tibio.
Claro no falta el que se queja del café que no combina con la estación, y dice: -Guarda tu café para el invierno. Y de paso suelta la pregunta: -Tendrás un chocolate por allí?, necesito activarme y despertar.
Yo suelo carcajear. - Chocolate? No que estamos en verano y no se toma café, pero sí puedes comer chocolate en verano. El chocolate es bueno también, estimula y despierta, pero también te genera felicidad, te ayuda a producir endorfinas, pero en verano se derrite, debes conservarlo en el refrigerador. Mi respuesta adicional es la de todos los lunes.
- Si, tengo un chocolate, ve a la cocina y tómalo del congelador, allí está.