El Perú vive desde hace una semana
la aplicación de cuarentena obligatoria, toque de queda y emergencia nacional,
todo esto debido a la aparición y aumento de casos diagnosticados de
coronavirus. Este virus, el SARS-CoV-2, causante del COVID-19, cuyo brote
inicial se reportó en la Ciudad de Wuhan en China, se ha extendido a casi todo
el orbe y ha puesto en vilo economías y sociedades modernas, incluso hasta los
sistemas de salud más modernos y preparados, han sido sorprendidos por el
COVID-19.
En medio de esta epidemia, los médicos, tecnólogos médicos, enfermeras,
obstetrices y otros han empezado a mostrar el temple que tienen, al atender
esta epidemia desde los servicios, pero también los protagonismos no han dejado
de florecer. Los gremios está reclamando mejores sueldos, más oportunidades
para otros profesionales de la salud, y hasta a la prensa, ignorante de las
profesiones que hay en el Perú, se le anda corrigiendo cuando llama al sistema
de salud como los médicos y enfermeras, ignorando a todos los demás.
Es importante destacar que esta epidemia ha traído a la superficie una
serie de problemas de nuestro sistema de salud, el mismo que pasa por una
organización no adecuada aún a las necesidades locales y globales, con
capacidad limitada de respuesta autónoma en temas de control de epidemias, un
sistema de epidemiología incapaz de afrontar los retos de una pandemia, falta
de profesionales efectivos en el manejo de situaciones de emergencia (OJO: Hay
varios con con cartones, pero sin el temple y la capacidad) y hasta Ministra
hemos tenido que cambiar, puesto que la que teníamos no era tan salubrista.
Además, problemas básicos que involucran bioseguridad y conytrol de infecciones
aéreas, han salido a la luz, extraño en un país con la suficiente cantidad de
tuberculosis, que deberíamos haber estado listos, pero vemos qué no.
No se puede negar que hay que solucionar la mergencia, si no hay
masacarillas, mandiles descartables y demás indumentaria de bioseguridad, hay
que comprarla y repartirla, pero vamos, no seamos ilusos, ¿acaso el problema de
bioseguridad es nuevo?. No, para nada es nuevo, pero antes no se escuchó
reclamo alguno, y no es que no sea valido reclamar, pero esto es algo que
siempre se debió exigir y cumplir, y no esperar a la emergencia para que afloren
los problemas. Las normas nos dicen que hay por lo menos dos comités en cada
establecimiento de salud, un Comité de Control de Infecciones, cuyo trabajo es
ese, velar porque la gente no se infecte de nada en su centro de labores, y el
Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo, quienes también debieron asegurarse
siempre que el personal tenga todo lo que necesita para estar seguros, alejados
de riesgos laborales. Entonces como es que una epidemia nos hace revelar que no
habíamos estado trabajando bien. ¿Y los jefes mayores?, se surraron en la
noticia de que deben cuidar y proteger a sus empleados y trabajadores en el
área de salud. Si, se surraron y el no poder manejar la emergencia con las
medidas adecuadas, es también su responsabilidad.
Hoy vemos con mucho respeto que el protagonismo es para todos, desde el
vigilante que abre la puerta del establecimiento de salud, pasando por cada
empleado administrativo que hace que el sistema camine, hasta todos aquellos
con formación en salud, el médico que atiende a los pacientes, los tecnólogos
médicos que asisten en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes, las
enfermeras, que acompañan y ayudan en el manejo adecuado de los pacientes y su
tratamiento, los técnicos de salud, aquellos que acompañan a los profesionales
en sus responsabilidades, y todo aquel que pertenezca al equipo.
Esta epidemia nos ha mostrado que aún somos individualistas, cada uno
por su lado, pero lo que esta epidemia necesita para resolverse es un trabajo
en equipo, coordinado, informado, con objetivos claros y comunes. Los gremios
son importantes, pero no es el momento de hacer agua de los servicios, es
momento de actuar responsablemente, porque todos en el equipo de salud son
indispensables, cada miembro es un engranaje irreemplazable, y juntos
trabajando por un objetivo, por nuestra prioridad, los pacientes, aquellos que
confían su vida en nosotros.
Esta experiencia, una vez que pasé, debería ser el punto de inicio de un sistema de alerta y manejo de epidemias, porque de hecho que vendrán más. El sistema de prevención y control de enfermedades Peruano aún no está a la altura, quizá este golpe lo ayude a despertar y mejorar.
Esta experiencia, una vez que pasé, debería ser el punto de inicio de un sistema de alerta y manejo de epidemias, porque de hecho que vendrán más. El sistema de prevención y control de enfermedades Peruano aún no está a la altura, quizá este golpe lo ayude a despertar y mejorar.