La epidemia de coronavirus cuenta oficialmente con más de cien mil infectados en todo el mundo, esta se originó en diciembre de 2019 en la Ciudad de Wuhan en China y se ha extendido rápidamente a varios países en el orbe. Al día de hoy 11 de marzo, ya 114 países han reportado al menos un caso de infección. El segundo país más afectado por esta epidemia, es Italia, que junto con China, tienen la mayoría de víctimas mortales de esta nueva infección viral (4 292 hasta hoy), otros países con mayor número de infectados incluyen Irán y Corea del Sur.
El causante de esta infección epidémica es el coronavirus-2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), este es el coronavirus causante de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Los coronavirus son un grupo de virus comunes, se llaman así porqué al observarlos en el microscopio electrónico tienen apariencia de una corona. Algunos de estos virus causan infecciones en animales, y algunos en humanos, en general, los humanos suelen infectarse con algún coronavirus alguna vez en su vida.
El brote epidémico de COVID-19 se inició aparentemente a partir de una transmisión zoonótica, la misma que se ha asociado al consumo de animales salvajes expendidos en un mercado de alimentos marinos en la ciudad de Wuhan en China. Esta infección viral se ha convertido rápidamente en una infección que se puede transmitir con facilidad de persona a persona y se ha extendido ya a los cinco continentes.
La infección por SARS-CoV-2, también llamada COVID-19, o enfermedad del coronavirus ha sido asintomática en la mayoría de casos detectados, pero en aquellas personas que desarrollan enfermedad se han identificado síntomas similares a los de la gripe entre los que se cuentan la presencia de fiebre, tos, disnea y astenia. La infección puede producir neumonía, síndrome respiratorio agudo, sepsis y la muerte en personas con ciertas enfermedades subyacentes.
La infección por el SARS-CoV-2 tiene una tasa de letalidad baja, 3.5% de los casos han fallecido hasta ahora, teniendo en cuenta las personas fallecidas a partir de aquellos casos que han sido diagnosticados ya sea por pruebas de laboratorio y/o clínicamente. En Italia hay una particularidad, la mortalidad es más alta, 6.2% (cifra variable), esto debido a que la población afectada es principalmente, aquella de la tercera edad, de los 366 fallecidos al 09 de marzo 2020, 42.2% tenían entre 80 y 89 años, 32.4% entre 70 y 79, 8,4% entre 60 y 69; y 2,8% entre 50 y 59 años. La mayoría de fallecidos en Italia tenían condiciones preexistentes como hipertensión y enfermedad cardiaca.
El diagnóstico de la infección solo puede realizarse mediante pruebas moleculares, la prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa con Transcriptasa Reversa en tiempo real (RT-PCR) es la prueba disponible que se ha implementado en diferentes servicios de laboratorio alrededor del mundo, y esta se puede realizar en muestras de hisopado nasofaríngeo. También se dispone ya de pruebas de secuenciamiento de siguiente generación. China desarrolló esta prueba rápidamente e incluso ha secuenciado el genoma completo del virus con mucha celeridad, hecho que ha redundado en mejorar nuestro conocimiento para por un lado desarrollar pruebas de diagnóstico y conocer mejor la epidemiología de la infección. Algunos marcadores de laboratorio con cambios significativos a tener en cuenta durante el diagnóstico y seguimiento de los casos hospitalizados han sido hasta ahora disminución de la cuenta de plaquetas, hipoalbuminemia, aumento de la deshidrogenasa láctica, aumento de troponina I, aumento de dimero-D y aumento de procalcitonina, entre los más destacados.
Hasta ahora la mejor forma de prevenir esta infección es aislar a las personas infectadas y/o enfermas, lavarse las manos después de saludar y/o tocar superficies, alejarse de lugares públicos, permanecer en espacios ventilados y aireados, permitir la entrada de luz solar en los ambientes y en general, ausentarse de actividades grupales si la sintomatología similar a la de una gripe común aparece. El personal de salud debería poner en práctica su conocimiento sobre control de infecciones transmitidas por el aire (las mismas que se usan para evitar la tuberculosis), teniendo en cuenta que la transmisibilidad de una infección viral como esta puede ser mayor. Esta infección, a mi parecer, no es más ni menos importante que otros problemas de salud pública y merece la atención necesaria. En los sistemas de salud organizados, se puede y deben atender distintas epidemias y problemas de salud pública al mismo tiempo, y en ese sentido el personal de salud y la población son parte de la respuesta, tenemos la ventaja que el coronavirus no es transmitido por vectores, entonces su transmisión de humano a humano depende básicamente de nuestra conducta y contacto social, y en ese sentido deben ir las medidas de prevención.
El brote epidémico de COVID-19 se inició aparentemente a partir de una transmisión zoonótica, la misma que se ha asociado al consumo de animales salvajes expendidos en un mercado de alimentos marinos en la ciudad de Wuhan en China. Esta infección viral se ha convertido rápidamente en una infección que se puede transmitir con facilidad de persona a persona y se ha extendido ya a los cinco continentes.
La infección por SARS-CoV-2, también llamada COVID-19, o enfermedad del coronavirus ha sido asintomática en la mayoría de casos detectados, pero en aquellas personas que desarrollan enfermedad se han identificado síntomas similares a los de la gripe entre los que se cuentan la presencia de fiebre, tos, disnea y astenia. La infección puede producir neumonía, síndrome respiratorio agudo, sepsis y la muerte en personas con ciertas enfermedades subyacentes.
La infección por el SARS-CoV-2 tiene una tasa de letalidad baja, 3.5% de los casos han fallecido hasta ahora, teniendo en cuenta las personas fallecidas a partir de aquellos casos que han sido diagnosticados ya sea por pruebas de laboratorio y/o clínicamente. En Italia hay una particularidad, la mortalidad es más alta, 6.2% (cifra variable), esto debido a que la población afectada es principalmente, aquella de la tercera edad, de los 366 fallecidos al 09 de marzo 2020, 42.2% tenían entre 80 y 89 años, 32.4% entre 70 y 79, 8,4% entre 60 y 69; y 2,8% entre 50 y 59 años. La mayoría de fallecidos en Italia tenían condiciones preexistentes como hipertensión y enfermedad cardiaca.
El diagnóstico de la infección solo puede realizarse mediante pruebas moleculares, la prueba de Reacción en Cadena de la Polimerasa con Transcriptasa Reversa en tiempo real (RT-PCR) es la prueba disponible que se ha implementado en diferentes servicios de laboratorio alrededor del mundo, y esta se puede realizar en muestras de hisopado nasofaríngeo. También se dispone ya de pruebas de secuenciamiento de siguiente generación. China desarrolló esta prueba rápidamente e incluso ha secuenciado el genoma completo del virus con mucha celeridad, hecho que ha redundado en mejorar nuestro conocimiento para por un lado desarrollar pruebas de diagnóstico y conocer mejor la epidemiología de la infección. Algunos marcadores de laboratorio con cambios significativos a tener en cuenta durante el diagnóstico y seguimiento de los casos hospitalizados han sido hasta ahora disminución de la cuenta de plaquetas, hipoalbuminemia, aumento de la deshidrogenasa láctica, aumento de troponina I, aumento de dimero-D y aumento de procalcitonina, entre los más destacados.
Hasta ahora la mejor forma de prevenir esta infección es aislar a las personas infectadas y/o enfermas, lavarse las manos después de saludar y/o tocar superficies, alejarse de lugares públicos, permanecer en espacios ventilados y aireados, permitir la entrada de luz solar en los ambientes y en general, ausentarse de actividades grupales si la sintomatología similar a la de una gripe común aparece. El personal de salud debería poner en práctica su conocimiento sobre control de infecciones transmitidas por el aire (las mismas que se usan para evitar la tuberculosis), teniendo en cuenta que la transmisibilidad de una infección viral como esta puede ser mayor. Esta infección, a mi parecer, no es más ni menos importante que otros problemas de salud pública y merece la atención necesaria. En los sistemas de salud organizados, se puede y deben atender distintas epidemias y problemas de salud pública al mismo tiempo, y en ese sentido el personal de salud y la población son parte de la respuesta, tenemos la ventaja que el coronavirus no es transmitido por vectores, entonces su transmisión de humano a humano depende básicamente de nuestra conducta y contacto social, y en ese sentido deben ir las medidas de prevención.